La Fundación Cajasol ha acogido en Sevilla la presentación del libro ‘No te veré morir’ del escritor Antonio Muñoz Molina. Durante el acto, organizado por la Fundación Lara, el protagonista ha analizado los entresijos de su novela, acompañado de Lola Pons, catedrática en el Departamento de Lengua Española de la Universidad de Sevilla.
‘No te veré morir’ es una novela sobre el poder de la memoria y del olvido, la lealtad y la traición, los estragos del tiempo y la obstinación del amor y sus espejismos. Los protagonistas, Gabriel Aristu y Adriana Zuber, viven durante su juventud una historia de amistad y amor que se ve truncada al tener que separarse. Durante años, Adriana vive atrapada en la España de la dictadura de los años sesenta mientras que él, emigra a Estados Unidos por motivos personales y profesionales. El propio autor la define como “un retrato de algo que muchas personas fantasean en la vida y que es, ese encuentro de dos personas que han estado mucho tiempo sin verse. Se trata amantes, amigos o lo que sea, al cabo de mucho tiempo, se encuentran. Entonces tienen ahí la posibilidad de una conversación prodigiosa porque ha pasado mucho y tiempo y se puede decir todo, no hay nada que perder”.
Los protagonistas de la novela, tal y como reconoce la propia Lola Pons, están bien construidos y cuentan con una personalidad muy bien definida. En este sentido, Muñoz Molina confiesa su interés por “hacer personajes que se puedan ver desde distintos puntos de vista. Es decir, hacer el contraste entre lo que tú piensas que eres, cómo tú te ves a ti mismo y cómo se te ve desde fuera.”
Otro de los aspectos destacables de su obra es la importancia de los sueños, algo sobre lo que el autor ha reflexionado en su intervención “a mí no me llama la atención la visión psicoanalista del sueño, y menos todavía, esa idea de que los sueños pueden ser interpretados según criterios objetivos. A mí lo que me llama la atención de los sueños, o de cierto tipo de sueños, es cómo son construcciones narrativas y poéticas que tienen una capacidad sintética, es decir, que sirven para poder reflejar un estado de ánimo o un momento de la vida. Los sueños sólo los pueden interpretar lo que los están soñando.”
En definitiva, a través de esta novela, Antonio Muñoz Molina construye con una sensibilidad exquisita, una obra que invita a la reflexión sobre algunos de los aspectos más relevantes de la condición humana.
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