El Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, bajo la tipología de Monumento, el acueducto de Carcauz en Felix y Vícar, en la provincia de Almería. De igual modo, en el expediente de protección se incluyen diversos elementos arquitectónicos que están a lo largo de su recorrido, como el arco de los Poyos, el puente por rematar, el acueducto de los Veinte Ojos o la balsa del Molino.
El acueducto de Carcauz es un complejo hidráulico situado en la vertiente meridional de la Sierra de Gádor creado para transportar el agua desde los afloramientos de las partes altas del macizo montañoso hasta la llanura costera del Campo de Dalías, aunque sería aprovechado también para mover los molinos del paraje de Casablanca, en el que se instituyó un mayorazgo tras la rebelión morisca y finalmente un marquesado en 1712. Es precisamente el Memorial del Marqués de Casablanca (1804) una de las fuentes que recogen la antigüedad del inmueble, junto con el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz, donde al enumerar los límites de la Diócesis de Almería hace referencia «al acueducto romano por Casablanca», aunque no ha podido ser constatado dicho origen.
En una zona como Almería, a la que el geógrafo latino Pomponio Mela caracterizaba por la penuaria aquarum, es fundamental el conocimiento y la protección de las estructuras de captación y distribución de agua que se han realizado a lo largo de los siglos, constituyendo el acueducto de Carcauz uno de los complejos hidráulicos más antiguos y mejor conservados del sur peninsular.
Los valores que justifican su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz son su relevancia como testimonio patrimonial de la gestión hidrológica y de los conocimientos relacionados con la explotación del agua en un territorio caracterizado por la aridez, difícil, montuoso y quebrado, conformado por un sistema de captaciones, minas, acequias, acueductos y balsas, que secularmente ha sido restaurado y reparado de forma insistente para continuar aún a día de hoy en uso.
El acueducto de Carcauz alcanza en su cauce principal 3,2 kilómetros de longitud, discurriendo por las laderas de la Rambla de Carcauz-Casablanca, proveniente de las cumbres de Sierra de Gádor, en el término municipal de Felix, para transportar las aguas hasta los llanos del antiguo Campo de Dalías, por encima del municipio de La Mojonera, donde termina su recorrido. Está conformado por canales excavados en la tierra o en la roca y arcadas que, al no cambiar de cuenca, no precisan túneles. Como es habitual en los acueductos de entornos rurales, se compone de una zona de almacenamiento y posterior distribución, la denominada Balsa del Molino de Felix, que se encuentra por encima de las villae romanas allí excavadas y no ocupa tierras cultivables.
A lo largo de su recorrido, el acueducto cuenta con diferentes elementos que también han sido protegidos, como el arco o puente de los Poyos, el puente por rematar, el acueducto de los veinte ojos o la balsa del Molino. Así, con una longitud de 18 metros y una altura de 16,50 metros, el arco o puente de los Poyos es el único situado sobre la propia rambla, donde se produce un estrechamiento en su lecho. Está formado por una base constituida por las propias rocas calizas de las paredes del desfiladero, y que mide unos ocho metros de altura sobre el cauce de la rambla, presentando dos pilares para sustentarlo de unos cuatro metros de altura y un metro de anchura. El arco escarzano, que no conserva por completo el sector circular del mismo, presenta unos diez metros de luz, una «clave» que se sitúa a más de 13 metros de altura sobre la rambla y un muro de dos metros sobre el que se ubica la caja con el canal.
Por su parte, el puente por rematar se localiza al este de la Rambla de Carcauz. Mide 42,50 metros de longitud, destacando por su factura y por el cambio de dirección que presenta. En su conjunto está realizado en mampostería de sillarejo y mortero de cal, aunque utiliza lajas planas a manera de dovelas. La arcada, compuesta por tres arcos de medio punto esbeltos, está formada por una base de rocas calizas de las paredes del afluente y un lecho que busca la roca donde se apoyan los pilares, utilizándose para su realización arcos formeros cuyas huellas se aprecian en el intradós. Las dovelas están formadas por piedras planas, conservándose restos de los huecos que contuvieron en su día los maderos para realizar el andamiaje. El arranque de la arcada está formado por un muro que se adapta a la base de roca, midiendo en su parte central 5,5 metros de longitud y en la parte superior 7 metros hasta su desvío; a partir de aquí se construye otro muro hasta el arco de 5,50 metros. Finaliza el conjunto con un muro que va siguiendo la base de la roca hasta enlazar con la pared, construida en mampostería trabada con cal, de aproximadamente un metro de anchura y que finaliza en un canal antiguo cegado.
Por otro lado, sobre una rambla tributaria a la de Carcauz se encuentra la arcada llamada popularmente acueducto de los Veinte Ojos. Se ubica en un estrechamiento del barranco sobre el que mantiene una altitud constante de 370,8 metros sobre el nivel del mar. Su longitud alcanza los 42 metros y su altura los 9,50 metros sobre el lecho del afluente. En la actualidad presenta veinte arcos que son los que le dan nombre y que están conformados por una base de rocas calizas fluviales a tres niveles con arcos de medio punto. El primer nivel lo constituye un solo arco que permite el paso del agua con una de altura de 1,70 metros desde el suelo hasta la clave, y 2,30 metros de luz. Sobre él se construye un muro de 1,12 metros de altura sobre el arco de medida mínima, sobre el que se construye el segundo nivel del que forman parte siete pilares de planta rectangular que oscilan entre los 1,75 -1,96 metros de largo por 0,80-1,0 metros de ancho. Sobre ellos se asientan ocho arcos y sus correspondientes muros que se alargan hasta llegar a las paredes de caliza del barranco. El arco central se reforzó con otro para dar mayor solidez a la estructura. El tercer nivel se construye sobre el anterior y cuenta con nueve pilares de planta rectangular de 60 centímetros de largo por 0,80-1,0 metros de ancho, que soportan diez arcos y los correspondientes muros hasta alcanzar las paredes de caliza del barranco.
Por último, la balsa del Molino se localiza al final del acueducto, a modo de castellum aquae, y se construye para regar una parte del Campo de Dalías. Se encuentra precedida en su recorrido por dos desarenadores para decantar los elementos en suspensión y depurar el agua antes de su depósito para el uso.
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